Macron sobre un posible envío de tropas occidentales a Ucrania:“Nada debe excluirse para evitar la victoria rusa” | Internacional

El presidente francés, Emmanuel Macron, y sus socios europeos han querido enviar este lunes un mensaje al ruso Vladímir Putin: Europa, dos años después del ataque a gran escala contra Ucrania, ni está cansada de la guerra ni permitirá que Rusia la gane. Porque después de Ucrania, según Macron, miembros de la UE o la OTAN pueden ser los próximos objetivos rusos. El compromiso occidental podría ir hasta romper un tabú: el envío de tropas.

“Hoy no existe un consenso para enviar de forma oficial, asumida y decidida fuerzas terrestres”, dijo Macron en una rueda de prensa al término de una cumbre con 27 líderes y ministros de la Unión Europa y la OTAN. Pero añadió: “Nada debe excluirse para lograr el objetivo: evitar la victoria rusa”.

El presidente francés aclaró que, en la conferencia de líderes y la cena posterior, no se desprendió un consenso sobre el envío de tropas. Se limitó a contar que se había citado entre las opciones para reforzar la asistencia a Ucrania. Y defendió la “ambigüedad” de esta cuestión.

Antes de la conferencia, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, había avisado de que el envío de tropas figuraba en la agenda. Fico, presente en París, comentó que esto le provocaba “escalofríos”.

Lo significativo fue que Macron, al resumir el resultado de la cumbre, la considerase como hipótesis verosímil. Tras recordar que en el invierno de 2022 se hablaba de enviar “sacos de dormir y cascos” y entonces el envío de armas se descartaba, afirmó: “Todo es posible si es para alcanzar nuestro objetivo”.

Entre otras medidas que debatieron figura la emisión común de deuda para financiar la ayuda militar a Ucrania, una propuesta de Estonia, y la compra de obuses a países terceros para enviar a las fuerzas armadas ucranias. También se decidió crear una coalición para impulsar el suministro de misiles de medio y largo alcance.

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“Rusia, de entrada, no puede ni debe ganar esta guerra en Ucrania, por la propia Ucrania”, dijo Macron al abrir la cumbre. “Segundo, estamos garantizando nuestra seguridad colectiva, la de hoy y la de mañana”.

El presidente francés recordó los ciberataques y campañas de desinformación rusas de los últimos meses, y añadió, sobre una futura amenaza militar más allá de Ucrania: “El consenso, el análisis colectivo [entre los participantes] es que de aquí a unos años hay que prepararse para que Rusia ataque a estos países”.

Europa, según este análisis, debe ayudar a Ucrania, porque una victoria de Rusia envalentonaría a Putin para atacar más países. El argumento es que, al defender Ucrania con asistencia militar y económica, se defiende a Europa.

En un mensaje grabado y emitido en la conferencia, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, declaró: “Juntos debemos asegurarnos de que Putin no pueda destruir nuestros logros, ni expandir su agresión a otras naciones”.

Compromiso con Ucrania

Los líderes intentaron desmentir en la reunión el pesimismo occidental sobre el curso de los combates. Y exhibieron el compromiso con el país agredido. Pero afrontan las dudas crecientes sobre su capacidad para suministrar a tiempo y en la cantidad necesaria las armas y la munición que Ucrania requiere para frenar los avances rusos.

A la conferencia asistieron el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, pero no la italiana Giorgia Meloni. Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido —socios en la OTAN, pero no de la UE— estaban representados por un subsecretario de Estado en el caso estadounidense y por ministros en los otros dos.

La convocatoria, improvisada por Macron a toda prisa, respondía a la urgencia del momento. Un motivo inmediato: el bloqueo de la ayuda en el Congreso de EE UU, que deja a los europeos solos en la ayuda a Ucrania. Y otro a medio plazo: la hipótesis de que, con una victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre, la primera potencia mundial se desentienda de Europa.

“Si no nos dotamos de los medios para a la vez hacer más y mejor [por Ucrania], corremos el riesgo de ceder demasiado espacio a los rusos”, dijo en vísperas de la cumbre un consejero del presidente francés, que pidió anonimato. El objetivo de la cumbre es doble, según el consejero: “Señalar muy claramente al presidente Putin que, uno, no ganará, y dos, que no estamos cansados, que estamos totalmente decididos”.

El contexto interno europeo también cuenta, con las elecciones parlamentarias de junio a la vista y las movilizaciones de campesinos. Uno de los motivos de estas protestas —y más significativo en cuanto más cerca se encuentran de la frontera de la UE con Ucrania— es el rechazo a la competencia de los productos agrícolas ucranios y el temor a la entrada de este país en la UE.

Francia, Alemania y el Reino Unido, en aplicación a una decisión en el G-7 el pasado julio, han firmado este invierno acuerdos de seguridad con Ucrania. Aunque los acuerdos les comprometen en los próximos 10 años en la ayuda para el país agredido, no suplen la obligación de defensa mutua que representaría un ingreso en la OTAN.

Uno de los puntos que los líderes abordaron en París es cómo acelerar la producción de munición para Ucrania o su compra a terceros países. “Hay que poder entregar más obuses”, dice el citado consejero del Elíseo. “Compraremos obuses ahí donde estén disponibles”.

En el trasfondo de la reunión planeaba la discusión sobre quién aporta más ayuda o menos a Ucrania. Francia, que aparece en una peor posición respecto a Alemania en la clasificación que establece el Instituto económico de Kiel, defiende que no solo hay que cuantificar el valor económico de las armas, sino su eficacia en el teatro bélico.

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