La economía mundial parece vivir un escenario de aterrizaje suave. Gracias en buena medida a la fortaleza de Estados Unidos, se ha evitado la recesión global y la inflación ha cedido. Tanto los inversores como los bancos centrales esperan que la política monetaria se relaje en los próximos trimestres, pero la batalla no está ganada. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte en su informe de estabilidad financiera publicado este martes de los riesgos que acechan. Por un lado, alerta de las posibles pérdidas para los bancos en los créditos del sector inmobiliario comercial. Por otro, avisa de las emboscadas en la última milla del camino hacia la estabilidad de precios.
El departamento financiero del FMI, con Tobias Adrian al frente, ya subrayó los riesgos asociados al crédito inmobiliario comercial (CRE, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos en un informe publicado el mes pasado. Ahora, insiste en el mensaje. “Sigue existiendo un subgrupo de bancos con una concentración excepcionalmente elevada de riesgo de crédito para los que las pérdidas podrían comprometer su seguridad y solidez”, avisa.
“Un tercio de los bancos de Estados Unidos, principalmente pequeños y medianos, con 3,7 billones de dólares en activos totales, declararon exposiciones CRE superiores al 300% de su capital de nivel 1 más la provisión para pérdidas crediticias, incluido un gran banco no sistémico, que sorprendió a sus accionistas al informar de considerables provisiones para pérdidas de préstamos relacionados con CRE en su comunicado de resultados del cuarto trimestre de 2023″, apunta en referencia al New York Community Bancorp, que ha estado al borde del abismo.
El FMI incluye en su informe un gráfico con 20 países cuya exposición al sector inmobiliario comercial es significativa. La mala noticia para España es que está en la lista. La buena, que ocupa el 19º lugar, con una exposición que supone solo un 5% del crédito sobre el total de préstamos, menos de la tercera parte que Estados Unidos (18%), la mitad que Alemania o Japón y menos también que Italia, Francia o Reino Unido. Los sistemas financieros más expuestos son Chipre, Malasia, Corea del Sur, Letonia, Bulgaria y Estados Unidos. Capítulo aparte merece China, donde el FMI señala que es fundamental adoptar políticas enérgicas para restablecer la confianza en el sector inmobiliario en su conjunto.
“Aunque el sector bancario parece estar bien posicionado para absorber las pérdidas de la CRE en conjunto, algunas economías podrían sufrir pérdidas dolorosas, dado el gran tamaño del sector y su interconexión con el sistema financiero y la economía en general”, advierte el Fondo. “Esto es especialmente cierto en Estados Unidos, donde la deuda CRE se estima en casi seis billones de dólares”, concluye.
El informe subraya que los precios inmobiliarios comerciales de Estados Unidos han experimentado descensos más pronunciados durante este ciclo de subidas de tipos de interés que en casi todos los ciclos anteriores. La firma y refinanciación de hipotecas comerciales sigue siendo difícil por los tipos de interés aún elevados, el reducido valor de los inmuebles y la aversión al riesgo de los bancos. Según las estimaciones de los analistas, del billón de dólares de deuda que vence en el mercado CRE de Estados Unidos en 2024 y 2025, el déficit de refinanciación supera los 300.000 millones de dólares, indica el informe.
Pendientes de los tipos de interés
El otro riesgo para la estabilidad financiera que subraya el FMI procede de la posibilidad de que no se cumpla el escenario base, ese en que la inflación cede hasta los objetivos de estabilidad de precios y los tipos de interés empiezan a bajar antes de fin de año. “El hecho de que la inflación mundial se mantenga persistentemente por encima de esos objetivos podría poner en entredicho esta narrativa y desencadenar la inestabilidad. Las recientes oscilaciones de la inflación subyacente en algunos países son un buen recordatorio de que el esfuerzo de desinflación aún no ha concluido”, explica el FMI.
El informe subraya que la volatilidad de los mercados financieros parece demasiado baja en comparación con los elevados niveles de incertidumbre macroeconómica. También destaca que las valoraciones de muchos activos de riesgo están cada vez más ajustadas, basadas en las expectativas de los inversores de una relajación monetaria relativamente rápida que puede verse puesta a prueba por los baches del último tramo.
“Las sorpresas inflacionistas al alza, por ejemplo, las provocadas por los repuntes de los precios de las materias primas y las perturbaciones de la cadena de suministro, podrían poner en entredicho el discurso de desinflación benigna que prevalece en los mercados y entre los responsables políticos”, advierte.
El FMI constata que los inversores aún descuentan rebajas de los tipos de interés hasta fin de año de 0,75 puntos en la zona euro y de 0,50 puntos en Estados Unidos. “Los inversores parecen confiar en que unos bancos centrales dependientes de los datos relajarán la política monetaria cuando la inflación se desacelere aún más. Pero si la inflación sigue siendo alta, estas expectativas tan elevadas podrían venirse abajo, lo que podría provocar una venta correlacionada de activos, desde bonos hasta acciones y criptoactivos”, avisa.
“Las perspectivas generales de los riesgos para la estabilidad macro financiera mundial han mejorado en el último año, junto con los descensos de la inflación mundial. Sin embargo, los responsables políticos deben permanecer vigilantes y planificar medidas no solo en el escenario base, sino también en escenarios adversos. Desde el estallido de la pandemia de COVID-19 en 2020, los sectores financieros y las economías se han visto afectados por una serie de perturbaciones adversas, y podrían materializarse nuevas recaídas. Solo una política prudente y una preparación alerta garantizarán que los posibles escenarios futuros puedan afrontarse con eficacia”, concluye Tobias Adrian, responsable financiero del Fondo.
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