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- Disminución del apetito y pérdida de peso: los perros deprimidos suelen mostrar poco interés por la comida y pueden negarse a comer.
- Apatía y falta de energía: Pueden pasar largas horas tumbados, con actitud desanimada y sin ganas de jugar o realizar actividades que normalmente disfrutaban.
- Cambios en el sueño: algunos perros deprimidos pueden dormir excesivamente, mientras que otros pueden tener problemas para conciliar el sueño.
- Disminución de la interacción social: los perros deprimidos pueden ser menos afectuosos y retirarse de las interacciones con sus dueños y otros animales.
- Comportamientos inapropiados: en algunos casos, los perros deprimidos pueden desarrollar comportamientos destructivos, como masticar objetos o hacer sus necesidades dentro de la casa.
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